Cementerio de la Chacarita
Características
Es un barrio tranquilo de calles arboladas, con casas antiguas, características de barrio bajo, con algún edificio nuevo. Tiene muchas casonas y "departamentos pasillos". Estos departamentos se construyen hacia el interior del terreno y sus frentes dan al pasillo. Su característica más peculiar lo constituye la existencia del cementerio de la Chacarita, enfrente del cual se halla la estación terminal ferroviaria, lo que lo convierte en un barrio de contrastes, donde hay mucha paz y mucho ruido y movimiento a la vez. Igual que en el caso de la Recoleta, muerte y gastronomía van de la mano, y aunque sea distinta la diferencia de nivel, las mejores cantinas y restaurantes de Buenos Aires, también se pueden encontrar en este barrio.
Historia
Las tierras de este barrio pertenecieron antiguamente a los jesuitas, que tenían grandes chacras allí. Su nombre proviene del diminutivo de la palabra "chacra" o "chácara". En 1608, en tiempos de Hernandarias, esa orden religiosa recibió, por compra o donación, una decena de "suertes principales", es decir, lotes de terrenos nacidos en el primer reparto del suelo porteño, y a las que, al cabo de los años, se anexaron otras 10. Cada una de ellas tenía una legua de fondo y formaron parte de una inmensa posesión, que llegaba hasta la actual localidad de Ramos Mejía. Al ser expulsados en el año 1767, todos sus bienes fueron declarados propiedad de la Corona (por orden del Rey Carlos III). Entonces, sus propiedades quedaron bajo administración de la "Junta de Temporalidades", una representación estatal que loteó la zona. Los tiempos viejos de la historia tienen un lugar en el barrio. Los primeros alumnos del Nacional, por ejemplo, se acostumbraron a pasar sus vacaciones en la zona que antes albergó las principales construcciones de los jesuitas (una parte del terreno actual del Cementerio). Estas andanzas de los estudiantes, inmortalizadas por Miguel Cané en "Juvenilia", pronto convertirían al lugar en "la Chacarita de los Colegiales", nombre de donde saldrían las designaciones de dos barrios porteños.
Allí, en 1790, en medio de coloridas ceremonias, el virrey Del Campo entregó el mando a don Nicolás de Arredondo, y en 1806, Santiago de Liniers concentró en la Chacarita las tropas que marcharían a expulsar al invasor inglés.
En la década de 1820, el ministro de gobierno Bernardino Rivadavia hizo un experimento de colonización en la zona de la Chacarita. Trajo inmigrantes alemanes, creó una colonia y la llamó "Chorroarín". El experimento fue un fracaso y sólo el nombre del villorrio se ha perpetuado hasta hoy en una de las avenidas que circunscribe la Facultad.
Durante la época de Rosas, la Chacarita albergó a numerosas guarniciones militares y a centenares de indios tomados prisioneros durante la Campana del Desierto de 1833. Al respecto, un testigo comentará: "Bajo las galerías de los arcos se ven algunos soldados de Rosas, y en los sótanos bullen algunas familias de indios, todos medios desnudos, que piden limosnas en el mismo lugar donde sus padres vivieron...".
Posteriormente, la Chacarita volvió a ser un lugar de huertos y sembradíos. Decenas de agricultores se afincaron allí para producir hortalizas, cereales, y "paja de Guinea", usada por los morenos escoberos.
Entonces, la zona era uno de los lugares más agradables de los alrededores de Buenos Aires y también, la de las tierras más altas de toda la geografía porteña.
Pero la muerte llegó a la Chacarita en 1871. Cuando la locomotora "La Porteña" depositó en el otrora pequeño Cementerio del Oeste su fúnebre carga de víctimas de la epidemia de fiebre amarilla, que hizo estragos en la población de Buenos Aires.
En 1880, la cuestión de la Capital vinculó a la Chacarita con la historia una vez más. El pueblo de Belgrano era, entonces, capital de la Nación, mientras que en el centro se ubicaba el gobierno de la provincia, a cuyo frente estaba Carlos Tejedor. El presidente Avellaneda acuarteló sus tropas en la Chacarita, lugar donde tenía su residencia, y allí, al mando de Carlos Pellegrini, las tropas nacionales se enfrentaron con el ejército de la Provincia. La "Ley Capital", en ese mismo año, dio fin a toda disputa. Por sus disposiciones, los terrenos de Belgrano y Flores, más una buena parte de las antiguas posesiones jesuíticas, se incorporaron al ejido urbano.Entre tantas casas quintas queda aún la de la familia Comastri (más conocida como "El Mirador Comastri"), actualmente es la Escuela Nacional de Educación Técnica N° 34. Se encuentra delimitada por las calles Loyola, Fitz Roy, Aguirre y Bonpland. La construcción es de 1870, y fue famosa porque en ella durmieron Roca y Pellegrini. Eran visitantes del señor Comastri, el Gral. Mitre y el doctor Alem y sirvió de escondite a Hipólito Yrigoyen durante el movimiento cívico de 1893. Por ese entonces, la zona era llana, para ser exactos, se la conocía como el valle del arroyo Maldonado, que actualmente corre entubado bajo la Avenida Juan B. Justo. No había construcciones en derredor, todo era campo, por el oeste se vislumbraban los montes frutales de la Chacarita de los Colegiales. Los lujos que dieron fama al lugar fueron la iluminacion a gas, el primer pararrayos del barrio y un sótano cargado con toneles que almacenaban los vinos que ellos mismos producían.
Ver página web con fotos http://ar.geocities.com/hermittevirtual/mirador.htm Cabe enumerar dentro de su historia la fábrica de acordeones artesanales del italiano Juan Anconetani, de la calle Guevara 478, que desde el año 1917 son famosos no sólo por la calidad de su artesanía sino porque sus hijos fueron muy buenos violinistas. También son históricos los sombreros, fabricados por el genovés Pascual Massera, muy usados por los porteños de entonces.
Otra Vista/ Otra Versión
El Cementerio de la Chacarita es un cementerio ubicado en la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina. Tiene 95 ha y está limitado por las calles Guzmán, Jorge Newbery, las vías del Ferrocarril San Martín, Garmendia, del Campo y Elcano.
En 1871 azotó la ciudad una epidemia de fiebre amarilla, por lo que fue necesaria la construcción de cementerios ya que los existentes no daban abasto y el Cementerio del Norte (actualmente Cementerio de la Recoleta) había prohibido que se inhumen allí a quienes habían muerto por la epidemia.
El cementerio se instaló en terrenos fiscales que estaban ocupados por estudiantes pupilos del Real Colegio de San Carlos, eran 5 hectáreas conocidas como Chacarita de los Colegiales. Se creó el Tranvía Fúnebre, que fue utilizado para llegar al cementerio, y se inauguró la llamada Estación Fúnebre en la intersección de las calles Jean Jaures y Av. Corrientes, donde se recibían los ataúdes.
El cementerio contaba con condiciones de higiene mínimas y sumado a la gran cantidad de víctimas que causó la epidemia, se llegaron a cremar 564 cadáveres en un día y según testimonios en un día murieron 14 empleados. Pero los olores y la falta de salubridad molestaban a los vecinos del barrio. Por esta razón el cementerio fue clausurado en 1875, pero siguió funcionando hasta el 9 de diciembre de 1886, cuando se lo clausuró definitivamente.
A partir de 1887 las inhumaciones comenzaron a realizarse en el cementerio Chacarita La Nueva, por lo que los cadáveres fueron exhumados del viejo cementerio y llevados al osario general del nuevo. El 30 de diciembre de 1896 se denomina a este cementerio como Cementerio del Oeste, pero como todavía era conocido como Cementerio de la Chacarita, una ordenanza del 5 de marzo de 1949 lo renombra de esa forma. Desde el 13 de noviembre de 1903 funciona en el cementerio el Crematorio de la Ciudad de Buenos Aires.
En el lugar se encuentran enterrados numerosas figuras de la política, deporte y cultura argentina, como Carlos Gardel, Madre María Loredo, Alberto Olmedo, Alfonsina Storni,Osvaldo Soriano, Osvaldo Pugliese, Ringo Bonavena y Luis Sandrini o el cantante de copla español Miguel de Molina. En la Sección Germana, Hans Langsdorff Cmdte. del DKM Admiral Graf Spee
Historias de cementerios I
El Cementerio de la Chacarita es uno de los cementerios de Buenos Aires, tiene 95 ha está limitado por las calles Guzmán, Jorge Newbery, las vías del FFCC San Martín, Garmendia, del Campo y Elcano.
En 1871 la ciudad sufrió una epidemia de fiebre amarilla, por lo que fue necesaria la construcción de cementerios ya que los existentes no daban abasto y el Cementerio del Norte (actualmente Cementerio de la recoleta había prohibido que se inhumen allí a quienes habían muerto por la epidemia.
En el lugar se encuentran enterrados numerosas figuras de la política, deporte y cultura argentina, como Carlos gardel, la madre María, Alfonsina Storni, Osvaldo Soriano, Luis Sandrini.-
Relato a cerca del Cementerio Y algún acontecimientoo
La Chacarita forma parte de mis recuerdos de infancia, unida a olores, sonidos, imágenes.El ruido de los tacos aguja de mi tía al bajar las escaleras a los nichos, uno, dos pisos hacia esas catacumbas en penumbra y frescas en verano….el olor a flores, la mesa donde se armaban los ramos, el ruido de las tijeras al cortar las flores en abanico para depositarlas en el frente de los nichos..la perenne presencia de Don Salvador, el cuidador vestido de marrón, que me entretenía con su charla, mientras mi tía lloraba la prematura muerte de mi abuela. Jugaba como un prestidigitador con las tijeras y los alambres, siempre llevabamos gladiolos blancos y algo de helecho, ….me veo vagando por la galería ejercitándome en un inquietante juego: sacar la cuenta de la duración de la vida de los “inquilinos”: nacido en…muerto el…
Pero mis últimos recuerdos tienen que ver con algo bastante más vivo. Llevaba casada hacía años ya, y nos mudamos cerca de Warnes y Chorroarín, a la vuelta del albergue Warnes ….
Mi marido trabajaba en Canning (Bgder JM de Rosas) y Warnes…y como las nenas eran chicas, me dejaba el auto para que las llevara al jardín de infantes…porque esa zona es, aún hoy, fatal para desplazarse..tan encerrada como está. El precio por tanto detalle era que lo llevara y lo trajera del laboratorio.-
Total, que la forma más rápida de llegar era, sin lugar a dudas, a través del cementerio.
Seguía por Warnes hasta topar con algunas de las puertas e ingresaba como un bólido por las calles del “barrio privado”, recuerdo que a esas tempranas horas no había casi gente…salvo algun cuidador que me gritaba que fuera más despacio….
A la vuelta, solía encontrarme con algún cortejo al que interrumpía sin piedad,todavía habrá quién se pregunte de donde salía ese bólido rojo (un renault 4)…¿habrá tenido que ver tanto cortejo fúnebre atravesado en los tropiezos posteriores??? Dicen que es mala suerte…Creer o reventar
Experiencia Paranormal Vivida por un Familiar cercano
Una vez Mí Mamá me conto que mi Abuela, que es de la provincia de Corrientes, estaba viviendo, acá en Buenos Aires, Viajaba en el colectivo de la línea 175, que pasa por la puerta del Cementerio de la Chacharita, era una tarde de invierno, que llovía, y había niebla
una señora de Blanco subió al colectivo, no saco boleto, solamente se sentó, el colectivo hizo tres Paradas, y se volvió a bajar, al otro día salió en los diarios, y la televisión. Tenía puesto un Pañuelo blanco en su cabeza, hasta los hombros, su rostro no se veía porque miraba para abajo. “QUE LOS FANTASMAS EXISTEN NO HAY NINGUNA DUDA”.
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