martes, 30 de septiembre de 2008
supersticiones
EL Color Amarillo
La tradición cristiana asoció este color con el del azufre de los infiernos y le dio una significación peyorativa convirtiéndolo en imagen del orgullo, de la falsedad y la traición. Es además el símbolo del adulterio. En la Edad Media, los herejes y los apestados vestían de amarillo. Las ciudades donde se había declarado una epidemia estaban obligadas a señalarlo con una bandera amarilla.
En los orígenes del sindicalismo revolucionario, se denominó amarillo al sindicalismo de inspiración patronal que traiciona la noción de lucha de clases y la prensa amarilla es aquella que deforma los hechos con fines espurios.
A principios del siglo XIII, el Papa Inocencio III estableció los colores de la liturgia y excluyó el amarillo, por lo que es el único que está ausente de los rituales católicos.
El color amarillo está proscrito, no sólo en España sino en toda Europa, entre las gentes del teatro, que lo consideran particularmente maléfico: no lo permite ni en decorados ni en vestimentas. Esta superstición parte de que Molière murió vestido de amarillo.
Sin embargo, la prevención contra este color procede de los tiempos de la Inquisición. A muchos cómicos se les impuso el San Benito, una túnica amarilla de penitente con una cruz de San Andrés a la espalda con la que debían deambular por las calles expuestos al escarnio público. Muchos toreros abobinan también el color amarillo.
Asociado al sol y al oro, sin embargo, el amarillo es el color de Apolo, dios de la luz, y el emblema del poder de emperadores, reyes y príncipes. Entre los primeros cristianos, el amarillo oro representaba la vida eterna, la fe y el amor divino, y durante la Edad Media se solía representar a San Pedro con una túnica de color dorado.
Pálido u ocre da mala suerte, ya sea en los vestidos o en la decoración de la casa. Sólo a un Jockey masoquista se le ocurriría salir al hipódromo vestido de amarillo: los precavidos evitan este color.
A los actores españoles el color amarillo les da “mal rollo”. La razón que aducen viene de 1673, la representación de la obra de Molière (en la imagen) El enfermo imaginario. El autor se reservó el papel principal, pese a que él sí estaba enfermo de tuberculosis. Actuó vestido de amarillo (para los franceses, el traje era verde) y en plena función sufrió un ataque. Falleció a las pocas horas
Escaleras
Pasar por debajo de una escalera da mala suerte: elimina toda la posibilidad de casarse durante ese año.
Si alguien, por despiste, ha traspasado el nefasto triángulo, tiene numerosos recursos para conjurar la mala suerte: hacer el signo de la figa, cruzar los dedos hasta ver un perro, escupir tres veces a través de los escalones o una vez por encima del hombro derecho, escupir en el zapato y continuar el camino sin volverse hasta que la saliva esté seca.
Debe evitarse siempre alargar o coger un objeto a través de los peldaños, o pararse en un escalón impar. Ha de preferirse siempre la escalera con un número impar de escalones. Saltarse un escalón al subir anuncia un revés de fortuna y caerse de una escalera, además de la posibilidad de partirte la cabeza, significa pérdida de dinero.
Con respecto a las escaleras que unen dos pisos, se recomienda hacer el signo de la cruz al pisar el primer escalón para evitar un tropezón. Caerse por una escalera es de buen augurio si ocurre subiendo, pero un mal presagio si es bajando. Cuando a mitad de las escaleras se acuerda uno de que ha dejado olvidada alguna cosa, se recomienda primero subirlas todas y luego bajar por ella, para evitar la mala suerte.
Teniendo en cuenta su origen religioso no es raro que sea de buen presagio soñar que se sube una escalera y de mal agüero y contrariedades bajarla. Fuera del mundo de los sueños está considerado de buen augurio y signo de próxima boda caerte por la escalera si en ese momento la vas subiendo, y por el contrario de mal agüero y signo de asistencia a un funeral caerte si las estás bajando (dependiendo de la gravedad de la caída podría ser el propio: mucho cuidado).
La mala suerte de esta superstición se debe a que cuando la escalera se apoya contra la pared forma un triángulo, que la tradición popular identificó con el símbolo de la Santísima Trinidad. Antiguamente el pueblo llano pensaba que estaba prohibido pasar por debajo de este arco sagrado.
Otra versión plantea que este triángulo corresponde al que formó la escalera por la cual se bajó el cuerpo de Cristo con la Cruz y el suelo. Se decía que en este triángulo vivían la maldad y el diablo. En la Biblia, Génesis, 28, 12, se relata la visión de la escalera de Jacob, que se apoyaba sobre la tierra y tocaba con la cabeza en los cielos, y por la que subían y bajaban los ángeles de Dios. Es decir, un puente vivo entre la tierra y el mismísimo cielo, la figura de la comunión con Dios que los hombres buscan a través de la religión.
Una versión, algo menos religiosa del origen de esta superstición está en los antiguos métodos de pena de muerte: desde la crucifixión hasta la horca, tan recurrente en las películas del Oeste americano. Se suponía que con esa escalera se bajaban los cuerpos de los ajusticiados y no era de buen augurio
Los Espejos
Romper un espejo da mala suerte. Esta creencia es común en todo Occidente cristiano, se sitúa entre las supersticiones más citadas y proviene para algunos del uso adivinatorio del espejo. En las sesiones de craptomancia de los antiguos griegos, la rotura del espejo anunciaba la muerte. Es probable, sin embargo que esta superstición obedezca a la idea de que la imagen reflejada en el espejo es el doble o el alma de quien los utiliza y que, en consecuencia, romperlo equivale a poner su vida en peligro.
Los factores económicos son también para algunos, el objeto de esta superstición. Los primeros espejos se fabrican en Venecia durante el siglo XV y estaban recubiertos por una lámina de plata. Eran muy caros, y las señoras para evitar que se rompieran, advertían a los criados que un espejo roto equivalía a siete años de mala suerte. Sin embargo, el sentido común popular aconseja en el refranero: Un espejo roto no admite más remedio que comprar otro. El mal agüero del espejo roto es que hay que comprar otro. Tampoco desaprovecha la ocasión el refranero para criticar a las mujeres que pierden el tiempo ante el espejo: Si mejorada tu casa quieres ver, rómpele el espejo a tu mujer.
El arte de la adivinación por medio del espejo se llama catoptromancia y se realiza mediante una persona que se mira fijamente hasta quedar hipnotizada, momento en el cual se le hacen todo tipo de preguntas. Originario de Persia es uno de los sistemas de adivinación más antiguos.
En Grecia, durante el siglo VI antes de Cristo, se llevaba a cabo con espejos de metal brillante, como el cobre, bronce, plata y oro. En la Edad Media y en la época moderna, se recurría a la ayuda de un niño o de una muchacha virgen, a quienes se le vendaban los ojos y se le colocaba delante o detrás, un espejo.
Pese a que estas prácticas adivinatorias fueron perseguidas por la Iglesia, las crónicas nos hablan de muchos reyes o príncipes que siguieron recurriendo a este método. Entre otros se cita al rey Enrique VII de Inglaterra o a Catalina de Médicis. En 1326, el papa Juan XXII amenazó con la excomunión a los que practicaban la catoptromancia, pues era una creencia muy extendida que los demonios encontraban a veces refugio en los espejos.
Durante el siglo pasado, en muchos pueblos se recurría a este método para desenmascarar al culpable de un robo, encontrar objetos perdidos y otros asuntos semejantes. El espejo corriente se sustituyó por el espejo consagrado, que se entronizaba en una altar y recibía bendiciones y oraciones y también por la bola de cristal, que en muchos casos se impuso sobre aquél.
Animales
Asno.
El asno y el burro, dos équidos muy cercanos al hombre, han sido utilizados para realizar las tareas más duras. La supersticiones relativas a estos animales están relacionadas con pronósticos y agüeros.
Si el asno sacudía las orejas llovería muy pronto. Si se revolcaba en el polvo anunciaba buen tiempo y si andaba de través con las orejas levantadas indicaba lluvia.
Se cree que si el burro rebuzna pronostica lluvia. Se dice también que cuando ocurre un acontecimiento inesperado se dice que algún burro va a nacer.
EL Cerdo
Desde tiempos muy remotos este animal doméstico ha tenido fama de ser impuro, por ello las supersticiones relacionadas con el cerdo son de signo negativo.
Se dice que cuando muere un cerdo, pronto caerá enfermo un miembro de la familia. Cuando un niño tenía paperas se creía que envolviéndolo en una sábana, llevándolo a las porquerizas y frotando su cabeza sobre el lomo de un cerdo la enfermedad pasaba del niño al animal.
A los marineros les traía mala suerte llevar carne de cerdo a bordo y si, en tierra firme, se encontraban un cerdo por el camino debían dar media vuelta y esperar un rato para embarcarse.
El cerdo y el jabalí ocupan un lugar de honor en la mitología céltica y algunas de la leyendas se han transformado en las supersticiones de hoy.
Se cree que las personas que comen cerebro de cerdo son incapaces de decir mentiras.
El conejo y la Liebre
La liebre era considerado en la biblia como un animal impuro (Deuteronomio, 14, 7-8), por lo que a partir de aquí si carácter es negativo para las supersticiones populares relaciondas con ella.
Si alguien encontraba una liebre en el camino era una señal de mal agüero: para contrarrestar la mala suerte había que dar la media vuelta y regresar a casa.
Comer carne de liebre trae mala suerte y es causa de abortos. En caso de no abortar, el niño dormiría con los ojos abiertos.
Si una embarazada se cruzaba con una liebre tenía que inclinarse y rasgarse la camisa si no quería que el niño naciera con un labio leporino. En caso de que pisara la madriguera de una liebre tenía que poner dos piedras dentro para evitar la misma desgracia.
En los países anglosajones la liebre era la representación de una divinidad relacionada con una importante festividad, pero la llegada del cristianismo sustituyó sutilmente a la liebre por el conejito de Pascua.
La pata de conejo o liebre, contrariamente a las connotaciones negativas del animal, se ha considerado un talismán de la buena suerte.
Se supone que la pata derecha de una liebre o conejo, llevada siempre en el bolsillo, es un buen amuleto contra el reumatismo y los calambres. También protege contra los encantamientos y da suerte en el juego.
EL CORDERO
El cordero ha significado desde la antigüedad la inocencia, el candor, la benignidad y la dulzura, siendo considerado apto para ser ofrecido en sacrificios (Éxodo, 12, 21-23). Las supersticiones le dotan de poderes curativos.
Su piel se utilizaba para curar diversas enfermedades: tifus y neumonía, reumatismo, sarampión, mordeduras de víboras... una vez utilizada la piel de cordero para una curación era costumbre enterrarla porque con ella se enterraba la enfermedad. El aliento de cordero estaba indicado contra la tos ferina.
Se cree que el encuentro con un rebaño de corderos trae buena suerte, especialmente si se rebasa pasando en medio del mismo.
EL ELEFANTE
El elefante es objeto de diversas supersticiones de signo favorable, para o cual la figura que lo representa debe tener la trompa levantada.
Para que una figura de elefante traiga buena suerte hay que colocarla de cara al interior de la casa, porque se supone que de esta forma introduce la buena suerte. Existe otra versión según la cual hay que colocar la figura de cara a la puerta de entrada, porque así recibe la buena suerte.
ERIZOS TOPOS Y MUSARAÑAS
Los erizos son beneficiosos para el agricultor, pues tienen a raya numerosos insectos perjudiciales. A pesar de ello, eran perseguidos y exterminados con frecuencia debido a la curiosa creencia de que sorbían la leche de las vacas. Otra historia dice que robaban manzanas con sus "lomos espinosos".
Al topo se le suponen virtudes curativas contra diversas enfermedades. Se cree que contra los ataques son efectivas unas gotas de sangre de topo vivo, extraídas mediante un pinchazo de aguja, y diluídas en un vaso de agua.
Otra creencia sostiene que contra el bocio hay que despellejar un topo y poner la piel sobre la hinchazón. Contra el dolor de muelas, el reumatismo y la epilepsia se aconsejaba llevar como amuleto un saquito conteniendo las patas de un topo.
Trae buena suerte un monedero hecho con piel de tipo, porque así nunca faltará el dinero.
Encontrarse una musaraña, pequeño mamífero insectívoro, en el camino presagiaba mala suerte. como contrahechizo había que cruzar los pies.
Se creía que para curar el reumatismo había que llevar una musaraña muerta en el bolsillo. Tocando un animal doméstico enfermo (entiéndase ganado) con una musaraña muerta se le podía curar.
EL GATO NEGRO
En Egipto el gato estaba considerado como la reencarnación de los dioses en el trance de comunicarse ocn los hombres y manifestarles su voluntad. Los gatos también eran momificados y todo aquel que se atrevía a matar un gato era acreedor de la pena de muerte.
En el siglo XII la Iglesia comenzó una persecución a los gatos, a los que consideraba símbolo del diablo y cuerpo metamórfico de las brujas. Se alentó de tal forma esta persecuón que llegó a convertirse en espectáculo la quema de estos animales en las hogueras la noche de San Juan.
Se reivindicó la existencia de los gatos a partir del XVII debido a su habilidad para la caza de ratas, causantes de temibles y desoladoras plagas. Durante el siglo siguiente recuperó su prestigio y por su belleza sirvió como modelo para múltiples cuadros y esculturas..
La dualidad del gato como símbolo de la divinidad y de la representación demoníaca dio lugar a que en las supersticiones relacionadas con él se le considere representante de la mala o la buena suerte, según las circunstancias o lugar en que naciesen.
El gato negro puede traer buena o mala suerte dependiendo del lugar y la circunstancia de su encuentro: unos dicen que el gato negro es portador de mala suerte, mientras que otras creen que la mala suerte la trae el rojo.
Se dice que el vaticinio es nefasto si se cruza en el camino de una persona de derecha a izquierda. También que pierde este carácter de madad si tiene un lunar blanco en alguna parte del cuerpo.
En Europa y Norteamérica se considera que un gato negro trae buena suerte si camina hacia ti, pero si se aleja se lleva la suerte consigo. Lo mismo sucede si el gato se cruza de izquierda a derecha o de derecha a izquierda, considerado de mal agüero.
Desde tiempos lejanos las madres deben tener los gatos alejados siempre de los bebés porque "sorben el aliento" del niño como los vampiros. Si observamos a los gatos cuando los tenemos en el regazo tienden a acercarse a la boca y husmear. No es difícil imaginar que, dado el miedo a las fuerzas tenebrosas, este gesto parecería un intento de sorber que podría poner en peligro a un niño, pues el gato le sorbería la vida.
EL MURCIÉLAGO
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El murciélago está vinculado, curiosamente, a supersticiones de carácter protector y benéfico.
Existía una costumbre campesina de clavar un murciélago que haya entrado en casa detrás de la puerta, como amuleto de buena suerte y protección contra encantamientos. No deja de ser una salvajada.
Se dice que si un murciélago entra en casa habrá una desgracia en la familia, al igual que si vuela contra las ventanas.
Ver un murciélago durante el día trae buena suerte, pero si se le molesta y sale volando acarrea mala suerte.
RATONES Y RATAS
El caldo de ratón servía, al parecer, para curar la tos ferina. El Inglaterra existía otra variante de esta receta: ratón frito. Rico, rico y con fundamento. También se daba caldo de rarón a los niños para curarles la tartamudez.
Se decía que un ratón muerto frotado contra la mejilla curaba el dolor de muelas.
Es tradición popular que un ratón en casa es anuncio de desgracias.
La rata es un roedor cuya presencia, según la superstición, trae mala suerte. Sin ir más lejos, recordemos que la rata era el vehículo transmisor de la peste bubónica que tantos estragos causó en Europa.
Se piensa que si las ratas roen la ropa de una persona es un presario de muerte próxima. También es una mal presagio que roan los muebles de uan casa. Si se produce una invasión de ratas pronto habrá una guerra.
Se cree que es un mal presagio que una rata entre en una casa. Además, auguraban la muerte si corren por encima de una persona o por la cabecera de la cama de un enfermo.
LA VACA
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El significado religioso de las vacas en la India es bien conocido. Estos animales circulan por las vías más concurridas y se las arreglan para nos ser atropellados. En los mercados se les permite a regañadientes que se coman las verduras frescas de los tenderetes callejero y a menudo se les ve arrebatar los alimentos que los compradores más pobres llevan en una cesta, sobre los hombros o bajo el brazo.
Ningún indio matará una vaca en ninguna cirscunstancia, pues equivaldría a matar una persona reencarnada y provocaría un mal que duraría una eternidad.
Algunos dicen que la creencia tiene propósitos más prácticos, pues las vacas vivas producen leche durante años y una vaca muerta alimentaría a una familia sólo una vez.
En otras partes del mundo no se tiene tal preocupación, aunque hubo un tiempo, a fines del siglo XIX, en que se creía que la leche de vaca curaba la tuberculosis.
EL Zorro
La superstición siempre ha vinculado al zorro a las fuerzas tenebrosas. Hasta los campesinos, que deberían haber sabido que ello no era cierto, creían que su mordedura era fatal.
Seguramente su siniestra reputación fue fruto del hecho de que durante la noche llevara a cabo incursiones en los gallineros.
Tocar Madera
La madera, como todo el mundo sabe, es esa parte sólida de los árboles que está debajo de la corteza y que tantas utilidades tiene. Las supersticiones relacionadas con ella suelen tener carácter positivo.
Tocar madera tiene su origen en la madera de la Santa Cruz y en la veneración de que ha sido objeto las reliquias de trozos de madera de ella. También se dice que el origen de la superstición se encuentra entre las costumbres paganas de los druidas y magos de otros tiempos, que recurrían a la madera como a una "toma de tierra" para las malas vibraciones. De esta última versión viene la exigencia de que cuando se toca madera ésta no debe tener "patas", es decir, que no valen ni mesas, ni sillas...
Se dice que cuando se menciona algo que se desea que suceda hay que tocar madera para qe efectivamente el deseo se realice y no ocurra nada que lo impida.
También se dice que cuando alguien se jacta de algo, por ejemplo "nunca me he roto un hueso", tiene que tocar madera inmediatamente para que continúe la buena suerte que hasta ese momento le ha acompañado. Cuando una persona hace gala de su buena estrella se cree que también debe tocar madera.
Cuando cruje la madera de una casa es una señal de muerte. Las vigas que crujen y las mesas que chirrían son presagios de desastres o muertes. Esto se puede extender también a las sillas: una vez me senté en una silla que chirrió y al rato estaba sentada en el suelo.
Se decía que traía buena suerte encontrar por la mañana a alguien con una pata de palo. No había que mirar hacia atrás y seguirlo con la vista porque entonces se tendría un disgusto.
Se cree que poseer objetos de madera perfumada es augurio de buena suerte.
EL MARTES 13
Si el número 13 por sí solo es considera de mal agüero es aún más fatídico si conincide en el calendario con el martes, según la tradición española, o con el viernes en el equivalente anglosajón.
El origen de la maldad atribuida al martes se debe a su asociación con el dio Marte, dios de la guerra que implica la muerte. La consideración del martes como día fatídico ha dado origen a varios refranes:
El martes, ni te casas ni en embarques.
El martes ni gallina eches, ni hija cases.
El martes ni hijo cases, ni cochino mates.
En martes ni tela urdas,m ni hija casas, ni las lleves a confesar porque no dirán la verdad.
El martes ni tu casa mudes, ni tu hija cases, ni tu ropa tajes.
Al parecer cortarse las uñas en el aciago martes saldrán padrastros.
Los hijos nacidos en martes serán desgraciados, tendrán una vida corta y su ideal será la guerra.
La tradición anglosajona considera el viernes como día de mal fario por ser el día en que Cristo fue crucificado. La unión del viernes y el trece se ha popularizado en España como consecuencia de la serie de películas "Viernes 13" ("Friday the 13th").
En la tradición anglosajona del viernes, correspondiente a nuestro martes, da mala suerte cortarse las uñas y el pelo durante ese día.
Calavera, calavera
La mayoría de las supersticiones relacionadas con las calaveras hacen referencia a sus poderes curativos.
La calavera y la salud
Las supersticiones con las calaveras ya existían e tiempos de Plinio, éste en su Historia Natural nos decía que "...para curar la epilepsia Artemon había prescrito agua tomada de una fuente por la noche y bebida en la calavera de un hombre que hubiera sido asesinado y cuyo cuerpo no se hubiera quemado".
Aparte de esta curiosa receta encontramos otras que no sólo quitaban la epilepsia si no que hacía desaparecer el tan horroroso dolor de muelas, el dolor de cabeza...¿cómo?Pues tomad nota y a ver si os atrevéis:
Plinio nos manifiesta en el mismo libro de Historia Natural que para quitar el dolor de muelas, uno de tantos remedios- es que el paciente extrajera con sus propios dientes un diente de una calavera y, después de esta operación tenía que llevarlo e el bolsillo como un amuleto.
Parece ser también que el dolor de muelas también se curaba frotando el diente de una calavera contra la muela causante del dolor. Si lo preferís podéis coger también el diente extraído de una calavera y enterrarlo al lado de la casa del paciente.
La calavera y otras supersticiones
Se decía que si se encontraba una calavera enterrada en una casa o en sus proximidades había que dejarla en su sitio, por que si se desenterraba o se cambiaba de sitio, la mala suerte perseguiría a los habitantes de la casa que se habían atrevido a profanarla.
Existe la creencia entre los labradores de que si se necntraba una calavera humana era signo de muerte próxima en la familia o bien de una animal del que la había encontrado.
Entre los estudiantes de medicina es frecuente la posesión de una calvera humana parc alos estudios de anatomía, pero a menudo sus familias-no es de extrañar...-loes obligan a deshacerse de ellas porque lo consideran de mal agüero..
Soñar con una calavera presagia que hay que obrar con cautela.
Dentro de la boca
El bostezo
Las supersticiones relacionadas con los bostezos hacen alusión a la boca humana como una posible vía de entrada para que el diablo tomara posesión de la persona.
Cuando se bosteza existe la costumbre de taparse a boca. dicha costumbre, aparte de la buena educación, proviene de que antiguamente la gente hacía la señal de la cruz sobre la boca para evitar que durante el tiempo que duraba el bostezo el diablo pudiera meterse en el cuerpo. de ahí el refrán: "Por puerta abierta, el diablo se cuela".
Se cree que si dos personas bostezan a la vez tendrán alguna coincidencia en sus vidas.
También se dice que si dos personas bostezan, una despué de la otra, la última que ha bostezado tiene buenas intenciones respecto de la primera.
Los dientes
Existe la opinión de que los niños que nacen con dientes traen mala suerte y su porvenir es acabar siendo delincuentes.
Se cree que si a un niño le salen pronto los dientes su madre quedará embarazada de nuevo enseguida. Aunque tambien existe otra creencia respecto a la temprana aparición de éstos y no es muy halagüeña: la criatura no tendrá una vida muy larga.
Parece que si a un niño le salen primero los dientes superiores tendrá una larga vida. por el contrario, si le salen primero los inferiores, su vida será corta.
Se dice que aquién tiene los dientes incisivos superiores separados se le augura riqueza y prosperidad y también que viajará con asiduidad. También se dice que es signo de personas embusteras.
Los dientes como amuletos:
Se cree que trae buena suerte llevar como amuleto, engarzadi en sortijas, pendientes, dijes, etc, el primer diente que se le ha caído a un niño.
Los dientes y los sueños:
Si se sueña que un diente sobresale de los demás o se cae augura una desgracia familiar. Si el diente es arrancado es mal presagio y segú la interpretación freudiana de los sueños pertenece alos símbolos de la catración.
Si en sueños se ve un diente perfecto significa un incremento patrimonial
La lengua
Las supersticiones relacionadas con la lengua hacen referencia a su calidad de delator de falsedades.
El origen de esta superstición se encuentra en los Idilios, XII, de Teócrito: "A ti te cantaré, a ti mi amor, y mi canción no te dirá cosas que hatgan salir ampollas en mi lengua".
Se dicen que cuando salen granos en la lengua es señal de que se ha dicho una mentira.
También se dice que cuando te muerdes la lengua al comer es porque se ha dicho una falsedad.
Ah! Y si quereis tener buena suerte debéis llevar con vosotros la punta de una lengua de vaca.
Escupir
Desde tiempos muy remotos el gesto de escupir-aparte de mala educación- ha servido de contrahechizo.
Escupir en las manos: se decía que había que escupir en las manos pra contrarrrestar la hechicería, porque así se podía golpear con fuerza al diablo.
Escupir y la buena suerte: se dice que hay que escupir para que la buene suerte cambie. Hay que escupir sobre el dinero para tener buena suerte.
Escupir para evitar el mal: en la Antigüedad se creía que si a una persona se le aprecía el diablo tenía que escupir sobre sus cuernos para que la aparición se desvaneciera.
Se cree que si se tienen pesadillas, para que desaparezcan hay que escupir tres veces sobre el hombro izquierdo.
Se pensaba que cuando se pasaba cerca de una csa donde se había declarado una enfrermedad contagiosa había que escupir para preservarse del contagio.
Al parecer, si se quiere traer mala suerte a una persona hay que escupir a sus espaldas (pero como somos buena gente no vamos a hacer caso de esto...¿verdad?)
La saliva
Las supersticiones relacionadas con ella hacen refrencia a sus poderes curativos como a su índole protectora contra el mal.
La saliva y la salud:
El origen de esta superstición se encuentra en el evangelio de San Marcos, 7, 32-5, que dice: "le llevaron un sordomudo y tartamudo, rogándole que le impusiera las manos, y tomándole aparte de la yurba, metióle los dedos en los oídos y escupiendo, le toco la lengua, y mirando al cielo, suspiró y dijo: "Efeta", que quiere decir: "Ábrete"; y se abrieros sus oídos y se le soltó la lengua hasta hablar correctamente".
Se decía que para curarlas heridas sin que quedase cicatriz era aconsejable mojarlas cada día con la saliva de una persona en ayunas.
También era costumbre tocar los ojos de los niños con los dedos mojados en saliva para que tuvieran buena vista.
La saliva como protección :
Se creía que inmediatamente después de nacer un niño, su padre tenía que mojarlo con saliva para evitar el mal de ojo.
LAS OREJAS
Esta parte de la anatomía humana, al igual que otras, tiene sus connotaciones supersticiosas, de diferente significado, tanto positivo como negativo. Plinio comenta en su Historia Natural, xxviii, v: «Es conocido por todo el mundo que las personas ausentes saben cuándo otros están hablando de ellas debido al zumbido que sienten en los oídos...-. Se cree que cuando pica la oreja derecha es porque están diciendo cosas agradables de la persona en cuestión, pero si el picor se siente en la oreja izquierda significa que dicen cosas desagradables.
También se supone que tener la oreja izquierda encarnada o muy caliente es señal de que están hablando mal de esa persona. Para evitarlo hay que doblar la camisa tres veces sobre el pecho: de esta forma se le dobla la lengua a quien está hablando mal. Otro método consiste en hacer varias cruces con saliva en el borde de la oreja. Parece ser que cuando zumban los oídos (que no las orejas, como se confunde frecuentemente) significa que están hablando de uno. Entonces hay que cruzar la oreja con el dedo y decir: « Si decís cosas agradables, adelante. Pero si son desagradables, mordeos la lengua».
Tener las orejas grandes implica abundancia. Si las orejas son despegadas y un poco vueltas hacia delante sim- boliza que la persona es generosa.
El refranero de las orejas dice que «si las orejas sacude la burra, agua segura». Se supone que la oreja de ratón es un buen amuleto para pedir la realización de los deseos.
Soñar con orejas grandes representa la fortuna de un allegado; si se sueña con orejas cortas es símbolo de engaño.
Existía en La Mancha alta la creencia de que cuando dolía el oído, ni Otosporín ni nada. Se llenaba un dedal de leche de una mujer que estuviese amamantando y se echaba en el pabellón auditivo, porque se decía que el gusanito que vivía en el interior del oído se había despertado «traspellao», es decir, muerto de hambre.
Los Ojos
Mírame fijamente a los ojos...
En el cuerpo humano, la vista es el sentido que ha dado origen a mayor número de supersticiones. Las peculiaridades de los ojos, como forma, color, malformaciones, etcétera, han dado lugar a un tipo de superstición relacionada con la brujería y la magia. El picor en los ojos: Teócrito, en los Idilios, III, se pregunta: « Siento ahora un picor en mi ojo derecho, ¿ veré a mi amor? ». Se dice que sentir picor en el ojo derecho es señal de buena suerte o de alegría, pero si se siente en el izquierdo lo es de mala suerte y también denota pena.
Los defectos en el ojo: Plinio relata en su Historia Natural, VII, II: «Isigono y Ninfodoro dicen que hay familias en cierta parte de África que practican la brujería, cuyas plegarias causan que los prados se sequen, los árboles se marchiten y los niños mueran. Isigono añade que hay gente igual entre los tribailis y los illyris, que también embrujan con una mirada y que matan a aquellos que miran fijamente durante un largo rato, especialmente con una mirada cargada de ira; su mal de ojo es sentido con más fuerza por los adultos y lo que llama más la atención es que tienen dos pupilas en cada ojo.
Se cree que trae mala suerte enciontrar a una persona que tenga el blanco de un ojo muy grande.
La mala suerte atribuida a los bizcos es debida a que se supone que pueden ver a través de las personas y conocer sus pernsamientos. para contrarrestar la mala suerte que trae encontrar aun bizco hay que escupir tres veces. También se rompe el hechizo hablando con esa persona o escupiendo sobre el hombro izquierdo.
El mal de ojo: se suponía que algunas personas, brujas y hechiceras, especialmente si gozaban de alguna característica especial en los ojos, tenían el poder de causar enfermedades y desgracias con su mirada. se decía que los niños eran más propensos que los adultos a ser víctimas del mal de ojo. Es curioso citar aquí el famoso proceso de las brujas de Salem en el cual una de las procesadas, la señora Bishop, fue acusada de mirar de tal modo a las muchachas del lugar que se desploaban inmediatamente.
Existen diversos remedios contra el mal de ojo: uno de ellos es el conocido gesto que se hace con el puño cerrado, sacando el dedo pulgar entre el índice y el corazón, diciendo al mismo tiempo:"taf tafio anaquendavit". La otra receta es escribir con azafrán, alcanfor y lágrimas del enfermo la palabra ABAYA en una escudilla de madera; se echa agua rosada en la escudilla y se da de beber al paciente víctima del mal de ojo.
Así mismo hay multitud de remedios y amuletos que protegen del mal de ojo, como el ajo, los objetos de oro y plata, los pedazos de cuerno y las herraduras.
Los ojos y otras supersticiones Antiguamente, las comadronas tenían la costumbre de lavar los ojos de los recién nacidos con agua en la que se había puesto a remojo, después de secarla al Sol, la placenta materna.
La costumbre de cerrar los ojos de los muertos procede de la creencia de que si a un difunto le quedan abiertos los ojos pronto le seguirá un familiar o conocido.
Soñar con ojos tiene diversos significados: si son bonitos simboliza alegría. Si están enfermos, arrepentimiento. Si son saltones, una desgracia. Si están cerrados, desconfianza. Si la mirada es ausente, desgracia para un hijo.
El apéndice nasal
Los estornudos:
Cuando una persona estornuda, una serie de circunstancias adjudican a este hecho una cualidad diferenciadora que conlleva a supersticiones de signo diverso. Los egipcios y los griegos consideraron el estornudo como una advertencia divina y de aquí nacieron diversos agüeros que se consideraban buenos si se estornudaba por la tarde y malos si por la mañana, y/o al levantarse de la cama o de la mesa. Una leyenda cuenta que Prometeo fue la primera persona que deseó salud al hombre que había creado de arcilla cuando éste estornudó al aproximarse al fuego celestial que había robado a los dioses.
La costumbre generalizada en todas partes de decir «Salud » o «Jesús» al estornudar se recoge en la Historia Natural de Plinio el Viejo, XXVIII, v: «¿Por qué decimos '¡Salud!' al que estornuda? Ésta es una costumbre que hasta Tiberio César, según se dice, el más insociable de todos los hombres, solía exigir aun cuando fuese montado en su carruaje, y algunos creen que produce mayor efecto añadir al saludo el nombre del que estornuda».
El saludo pagano fue modificado por los primeros cristianos, sustituyendo la salutación por el nombre de «Jesús». Según refiere el célebre médico árabe Avicena, esto se debe a que el estornudo era el principio de diversas enfermedades y por ello se pedía a Dios que apartase el peligro. También se dice que la expresión «Jesús» se utilizaba para impedir que, al estornudar, el diablo pudiese entrar en el cuerpo por la boca. También entre los judíos religiosos, cuando dos o más congregados están contando alguna cosa, si en ese momento alguien estornuda o suena una campana, carillón o se produce cualquier otro sonido inesperado de esta índole, se dice: emes, que en hebreo quiere decir verdad, porque a través de este sonido se cree que Dios confirma la veracidad de las palabras del narrador. Existía la creencia de que si un recién nacido estornudaba se le consideraba acreedor de buena fortuna.
El número de veces que se estornuda ha dado lugar a diversas interpretaciones: se creía que era bueno si se estornudaba una vez; en cambio dos o más estornudas entrañaban un mal augurio, probablemente porque eran considerados más seriamente como el principio de un catarro. Se dice que si oímos estornudar a nuestra derecha es signo favorable y desfavorable si lo oímos a la izquierda. El momento del día en que se estornuda también tiene gran importancia a la hora de la adivinación: si se estornuda antes del desayuno parece que se tendrán buenas noticias o un regalo.
Otra creencia sostiene que si se estornuda el sábado, cuando comienza a anochecer y se han encendido las luces, durante la semana siguiente se tendrá la buena fortuna de conocer a una persona interesante, pero sin embargo las condiciones serán adversas si se estornuda el domingo por la noche después de apagar las luces.
EL PARAGUAS
Nunca ha de abrirse un paraguas en el interior de la casa, ni siquiera en un recinto cerrado y tampoco en el vestíbulo o porche de cualquier lugar. Contravenir este precepto da rienda suelta a un mal que, en ocasiones, puede desencadenar la muerte. Esta superstición es relativamente reciente, puesto que los paraguas, como tales, no fueron introducidos en Europa hasta el siglo XVII.
Su simbología procede, no obstante de los parasoles orientales, símbolos de la realeza que dimana de la divinidad, y del palio. Desde ese ángulo, se interpretaba que usurpar la condición divina por medio del uso del paraguas o la sombrilla e interrumpir el itinerario del reino de la luz (el sol) contribuía a desairar a los dioses y sólo se permitía que, excepcionalmente, sustituyera al recinto personal de cobijo y protección (la casa) en las salidas al exterior.
Así, el abrir el paraguas en casa constituye una doble provocación: por un lado, a la dignidad de los dioses, y por otro, al libre curso del reino de la luz. Otra interpretación más racionalista pretende que esta superstición fue creada de forma artificial, en los orígenes de la implantación del paraguas en Europa, con el fin de evitar los posibles accidentes que los primeros y desprevenidos usuarios del armatoste provocaban al intentar abrir las primeras varillas, que eran metálicas.
No obstante la simbología oriental que establece una vinculación del paraguas (artefacto moderno) con las fuerzas, maléficas y benéficas, de la naturaleza persiste en nuestro país y, en esa línea el que abre un paraguas en día soleado ha de ser consciente de que está invocando, cual anónimo chamán, la lluvia.
Si el paraguas se nos cae, anuncia una decepción en el plano amoroso o de los negocios. En este caso, ha de ser siempre otra persona la que lo recoja del suelo para, de este modo, evitar el riesgo.
Si un paraguas abierto se usa de ventilador, girándolo y girándolo, espanta la suerte y si, impulsado por el viento, se vuelve hacia atrás, también. No se puede colocar un paraguas sobre la cama y tampoco sobre una mesa, aunque si alguien se le olvida en algún lugar extraño, es signo de que el destino le tiene reservada alguna sorpresa agradable.
La sal
La sal es un elemento de la tierra, un compuesto de sodio que desde la antigüedad se ha considerado protectora frente a los maleficio y portadora de buena suerte. Puede que esta superstición esté relacionada con la importancia de la sal como conservante de alimentos (salazón...) Además la sal simboliza la alianza del hombre con la divinidad. Este último aspecto queda destacado en la Biblia (Lev. 2, 13).
Se cree que cuando hay sal en una casa siempre habrá dinero y si se echaba sal en los rincones de las cuadras el día primero de abril se evitaban las enfermedades del ganado.
Como amuleto la sal se utilizaba en rituales dibujando un círculo de sal alrededor de aquel que deseaba protegerse contra el diablo. Este círculo era llamado "círculo mágico".
Para contrarrestar el mal de ojo se bañaban en agua con sal las plantas de los pies y las palmas de la mano tres veces, se bebía tres sorbos del agua salda y después se echaba al fuego lo que quedaba de dicha agua.
Hay sin embargo un remedio para conjurar la mala suerte: echar una pizca de sal por encima del hombro izquierdo, porque de este modo se ciega al diablo y a los malos espíritus, o tirar agua por la ventana.
Era costumbre echar sal al fuego cuando entraba en casa una persona sospechosa de dedicarse a la hechicería. También se evitaban las visitas de alguien indeseable echando sal donde había estado, recogiéndola y quemándola después. Otro remedio utilizado era echar sal en el umbral después de su partida.
Se creía que poniendo un plato con sal debajo de la cama de un enfermo ésta absorbía el mal y protegía contra la enfermedad.
Para evitar que un niño sin bautizar fuera objeto de hechicerías se ataba a sus ropas un saquito con un poco de sal cuando se le ponía a dormir en su cuna.
Es de mal agüero derramar de forma involuntaria la sal o que se caiga un salero: el responsable de ese fatal descuido verterá tantas lágrimas como granos de sal se hayan desperdigado. Pretenden algunos que esta creencia procede de la Última Cena, en la que Cristo cometió tal torpeza.
El refranero nos lo dice: "Derramar el vino es buena señal, pero no la sal"; "Si se vierte el salero, faltará la razón, pero no el agüero"; "Verterse el vino es buen sino, derramarse la sal, mala señal".
Quién pisa la sal derramada tendrá disgustos y si se trata de alguien que va a casarse pronto, no cumplirá este propósito. Aquel que persiga quebrantar la felicidad de unos recién casados le basta con echar sal en el lecho nupcial.
EL ALFILER
Llevar clavado en la chaqueta o en el pantalón un alfiler da buena suerte al jugador y el que quita el primer alfiler del velo de una novia se casará pronto.
Para hacer desaparecer las verrugas, hay que tocarlas nueve veces con alfiler nuevo y después tirarlo por encima del hombro izquierdo, o bien poner en tierra un alfiler y esperar a que se oxide. Entonces la verruga desaparece.
Si al andar por casa se ve un alfiler en el suelo, no hay que recogerlo en el caso de que su punta se dirija hacia uno, porque da mala suerte. Cuando es la cabeza del alfiler la que nos apunta, la buena suerte nos sonreirá.
En Toledo las muchachas encuentran novio si echan alfileres a la Virgen. Se cuenta que una hermosa muchacha toledana tenía amores con un galán. Los padres de él, que no veían con buenos ojos el noviazgo, lo mandaron a Italia. Al principio, la novia recibía carta de él diariamente, y después las cartas se fueron espaciando hasta que al final se interrumpieron. La muchacha, desconsolada, iba todas las tardes al lugar de la despedida y, al recordar a su amor, le entraba tal congoja, que se clavaba un alfiler para no caer desmayada. Un día pidió ayuda a la Virgen de los Dolores, que se le apareció con el corazón atravesado por siete espadas. La Virgen le dijo: "Yo también he sufrido. Aguarda". Días después, cuando la doncella iba a clavarse otro alfiler, apareció el novio arrepentido y más amoroso que nunca. Se casaron, fueron muy felices y la Virgen de los Alfileritos se convirtió en la patrona de los enamorados de Toledo. Al principio, el rito, cuyo propósito era hacer volver al redil un novio díscolo, consistía en que la moza se clavara un alfiler y lo echara en la hornacina de la Virgen a lo largo de mil días. Transcurrido ese tiempo, el novio volvía milagrosamente a los brazos de su amada. La costumbre se fue degradando con el tiempo, las mozas dejaron de pincharse con los alfileres y el plazo se redujo a unos cuantos días.
Además se incorporaron al rito las muchachas que buscaban novio. El alfiler permite elegir las características del novio a gusto de las peticionarias: un alfiler con cabeza blanca si los prefieren rubios; con cabeza negra si quieren que sea moreno, largo si quieren que sea alto y fornido, y corto si lo prefieren bajito pero saleroso.
Como en todos los objetos con punta, hay que pinchar levemente al que recibe un alfiler para que no se pierda la amistad. Si se ponen alfileres en los zapatos y se pisan al andar, se olvidan los amores desgraciados. Una de las formas de convertirse en bruja era recibir de otra un objeto, que solía ser un alfiletero.
De un regreso de un funeral, hay que clavar un alfiler en la puerta por la que se ha sacado el cadaver para protegerse del diablo. Durante mucho tiempo se creyó también que para que un difunto no viniera a turbar a los vivos, había que prenderle un alfiler en el sudario. Ese alfiler tenía el poder de proteger contra el miedo, pero si se usaba para trabajos de costura, atraía a la huesuda con su guadaña.
Siempre hay que cobrar un precio simbólico cuando se regala un objeto que lleve incorporado un alfiler, de este modo se contrarresta la mala suerte.
Los alfileres son una protección eficaz contra las brujas cuando están pinchadas en las jambas de las puertas o metidas en una botella escondida bajo el umbral.
Existe una tradición muy extendida de echar alfileres a los pozos de las fuentes al mismo tiempo que se pide un deseo. A veces se pinchan también las imágenes de los santos a los que se pide su intercesión.
La corona de la novia iba fijada con una serie de alfileres, que al final de la boda eran distribuidas entre las solteras y permitían que contrajeran matrimonio durante ese año.
En un barco, nadie puede llevar un alfiler porque su presencia provoca una vía de agua o desgarra las redes de pesca.
En la festividad de San Antonio de Padua (13 de Junio), las jóvenes casaderas y creyentes han de ir a la iglesia y cambiar un alfiler nuevo por otro clavado entre las ropas del santo para encontrar marido en el plazo de un año.
LOS CLAVOS
Encontrar un clavo en el camino da buena suerte. Hay que recogerlo y conservarlo. Como todo objeto puntiagudo, contrarresta las fuerzas maléficas y los malos espíritus. Se puede llevar como amuleto en el bolsillo derecho o clavarlo en el marco de la puerta de la cocina, del lado de la cerradura a la altura de los ojos, observando el rito siguiente: se da un primer golpe de martillo mientras se dice: "Un martillazo para la salud, un martillazo para el amor, un martillazo para el dinero".
En la antigua Roma, en los idus de septiembre, el más alto magistrado del estado metía un clao llamado clavo annalis en la pared lateral del templo de Júpiter Capitolino. Este rito servía para poner fin a calamidades, para neutralizar encantamientos y sortilegios, y predeterminar buenos auspicios para el siguiente.
Ya en la edad Media, los clavos fijados en la puertas de las casas protegían a sus habitantes y a los animales domésticos. Colocados en las puertas de las habitaciones, impedían las pesadillas, sobre todo los clavos procedentes de un ataúd.
Un clavo, cuanto más herrumbroso, mejor protege.
Con ayuda de los clavos se puede hacer también un encantamiento amoroso. Para lograr el amor de una persona, hay que derramar en el vestíbulo de su casa un frasco de aceite en el que haya metido un puñado de sal y tres clavos de hierro atados con un hilo de seda. Si la persona pisa los clavos al entrar, se obtendrá el resultado deseado.
Los clavos eran muy empeados para curar enfermedades y mitigar dolores. Se escribían en un papel el mal que se padecía, se pasaba la nota por la parte del cuepo afectada y con unos clavos se fijaba a una pared o a un tronco de árbol. Con esta operación se traspasaba el mal del enfermo al papel y del papel, al ladrillo o a la madera.
EL CUCHILLO
Da mala suerte regalar cuchillos, como cualquier otro objeto importante, porque quiebran la amistad. Para contrarrestar este efecto, hay que cortar una moneda a cambio o pinchar ligeramente a la persona que lo recibe.
El cuchillo, que es un objeto de uso corriente, es asimismo un instrumento de poder. Regalarlo significa algo de poder, a menos que el cuchillo se compre por una moneda, que pasa a tener valor de talismán.
Ver o poner dos cuchillos cruzados es de mal augurio. Sin embargo, en pueblos de la provincia de cuenca, cuando hay tormenta, se deben poner dos cuchillos en forma de cruz, para protegerse del rayo.
El cuchillo protege de las brujas y de los malos espíritus, propiedad que debe seguramente a la materia de que estaban hechos antiguamente: el hierro. Así, conviene, clavar un cuchillo en la puerta de casa, dejar dos cuchillos en cruz en el umbral de la puerta o esconder uno bajo el alfeízar de la ventana.
En la mesa, no hay que cruzar sobre el plato el cuchillo y el tenedor porque presagia desgracias ni dejar dos cuchillos cruzados. Es nefasto hacer girar un cuchillo sobre la mesa, porque cuando se detiene, señala con su punata a a primera persona que va a morir de todos los comensales. Tampoco debe dejarse sobre la mesa un cuchillo con el filo hacia arriba.
Se dice que los cuchillos atraen el rayo, por lo que hay que esconderlos cuando hay tormenta.
Jamás se debe pinchar o cortar el pan con un cuchillo sin antes haber hecho el signo de la cruz.
Si un cuchillo se cae al suelo, significa que aparecerá una visita inoportuna que traerá mala suerte o la ruptura de la amistad. Encontrar un cuchillo es un mal presagio.
El cuchillo que hiere a una persona puede herir más gravemente a la misma o a otra, a menos que se tomen preauciones: hay ponerle una venda o volverlo a afilar.
En las evocaciones al demonio, se utiliza un cuchillo con hoja de acero para trazar los círculos mágicos que protegen al hechicero.
TIJERAS
Unas tijeras que descuidadamente han quedado apuntando a una persona indican que si ésta es una persona soltera, nunca va a casarse, y si es casada, que será objeto de infidelidad.
En cualquier caso, cuando unas tijeras caen al suelo, la persona a la que dirigen su punta está siendo señalada como víctima de un mal o desgracia inmediata.
Tradicionalmente las tijeras son atributo de Átropos, una de las tres Parcas (romanas) o Moiras (griegas), encargada de cortar el hilo de la vida.
Nunca se deben regalar tijeras, salvo que se de a cambio una moneda o se pinche previamente, de forma inocua, a la persona que es destinataria del regalo.
Pese a ser un elemento maléfico, las tijeras gozan, como otros utensilios, de una función dual y pueden servir en algunas ocasiones para cortar las energías negativas. Desde esa condición conjuran al mal de ojo y abiertas en cruz junto a una puerta, impiden la entrada de las brujas.
Es práctica habitual en la España meridional colocar unas tijeras junto al lecho de una mujer embarazada para aliviar los dolores propios del alumbramiento. Éstas han de formar, con ambas cuchillas, la forma de cruz.
20 supersticiones míticas en el mundo del espectáculo, el arte, la ciencia y el deporte
Maldito felino! El pobre Hitchcock, con su fobia rosácea, debió llevarse un buen susto al descubrir que La pantera rosa (1964) se parecía demasiado a su película Atrapa a un ladrón (1955).
1)Alfred Hitchcock vivió dominado por múltiples fobias, como el pavor al color rosa. Según cuenta su biógrafo, Donald Spoto, el director pensaba que ese color daba mal fario desde que de niño su madre le castigó a pasar una noche encerrado en una carbonera por estropearle un vestido de esa tonalidad. Por eso, se cuenta (aunque Spoto en su libro lo cita como leyenda sin corroborar) que, a punto de iniciar el rodaje de Psicosis, Hitch vió a Janet Leigh entrar en su despacho con un suéter de ese color, pensó que era un mal presagio y decidió neutralizarlo rodando el filme en blanco y negro.
2)
Trece más uno. El dorsal 14 que tanta fortuna le trajo a Cruyff cuando jugaba en el Ajax ha sido oficialmente retirado.Un informe de la revista de la Federación Española de Fútbol reveló que casi el 60% de nuestros jugadores cree que seguir determinados rituales (como vestirse o salir al campo en un cierto orden) puede traerles suerte. Por eso no resulta extraño que Ronaldo (tal y como se cuenta en el informe publicado en la revista Fútbol) siempre entre en el campo pisando el césped con el pie derecho, ni que Johan Cruyff siempre jugara con el dorsal número 14, cifra que, según él mismo confesó varias veces, le traía fortuna, ya que a esa edad ganó su primer galardón como juvenil. Pero la palma se la llevan los brasileños; se cuenta que algunos jugadores dejan velas encendidas en el vestuario antes de salir al campo. Nada comparado con la costumbre del carioca José Robson do Nascimento, quien antes de cada partido tenía que oler sus propias botas y que jugaba toda la temporada con los mismos calzoncillos. “Me daba suerte”, confesó en una entrevista concedida este año a la agencia EFE. “Desde que comencé con estos ritos en 1995 hasta que me retiré en 2007, no dejé de marcar goles”. Eso sí, los calzones no le duraban de una temporada a otra.
3)
Amuleto marroquí. Somerset Maugham usaba este símbolo magrebí contra el mal de ojo.El escritor William Somerset Maugham no se planteó si era supersticioso hasta que (tal y como cuenta Jeffrey Meyers en Somerset Maugham: A life) en un viaje a China una mendiga a la que le negó una limosna le lanzó una maldición. Desde ese día, colgó en su escritorio un símbolo contra el mal de ojo, lo cosió en la ropa y lo dibujó en sus manuscritos.
4)
El mundo de la escena está repleto de supersticiones, pero una de las más curiosas es la existencia de obras consideradas malditas. La que peor reputación tiene de todas es Macbeth. Se dice que quien la representa ha condenado su carrera al fracaso; pero no hace falta llegar a tanto, porque basta con mencionar su nombre o recitar solo cuatro versos seguidos para atraer a la fatalidad. Por eso, muchos actores ni mencionan su título: se refieren a ella como “la tragedia escocesa”. Además, se cuentan numerosas historias de accidentes y tragedias (algunas reales, como el incendio en 1964 de un teatro de Lisboa donde se representaba la obra) vinculadas a esta pieza. ¿Pero de dónde viene su mala fama? De la propia noche de su estreno, en 1606, cuando el muchacho que iba a interpretar el papel de lady Macbeth falleció en un accidente horas antes de subirse el telón. Aquello se consideró un presagio funesto que pareció quedar confirmado cuando la obra se convirtió en uno de los escasos fracasos comerciales de Shakespeare.
5)
Ni un universo tan sofisticado como el de las carreras de coches y de motos escapa al pánico que produce el número 13. De hecho, en la Fórmula 1, desde 1950 solo dos pilotos lo han lucido en sus coches: Moisés Solana en 1963 y Divina Galica (una de las pocas mujeres que han competido en esta categoría) en 1973; y ninguno disputó su segunda carrera. Pero cada piloto tiene sus manías. Valentino Rossi, antes de cada carrera se humedece los dedos y se frota los ojos con ellos. “Además de traerle suerte, ese ritual templa su espíritu y acelera su mente antes de subir a la moto”, cuenta Mat Oxley en su libro Valentino?Rossi Motogenius.
6)
Winston Chuchill con su bastón de la buena suerte.
Aparte de que no salía a la calle sin un bastón que él mismo llamaba “de la buena suerte”, parece ser que sir Winston Chuchill tenía aversión al número 13. En Hong Kong es muy popular una anécdota sucedida durante una de sus visitas a la ex colonia británica. Se dice que abandonó un almuerzo exclusivo al que había sido invitado en el club Victoria’s Peak al ver que solo eran doce comensales más uno.
7)
Samuel Johnston fue un escritor británico del siglo XVIII que tenía la manía de entrar en cualquier recinto con el pie derecho. Creía que si lo hacía con el izquierdo atraería la desgracia. Además, su contemporáneo James Lowell relató en The life of Samuel Johnston que tenía obsesión por tocar los postes de madera y por no pisar las grietas del pavimento.
8)
Ponziano Ponzano fue un escultor español de finales del siglo XIX que se negaba a realizar figuras de animales en mármol o en piedra, porque pensaba que traían mala suerte. En la única monografía existente sobre el artista, escrita por Wilfredo García, se cuenta que se replanteó su creencia cuando le ofrecieron fabricar los leones que hoy adornan las puertas del Congreso de los Diputados. Ponzano aceptó el encargo cuando le aseguraron que las piezas se moldearían con el bronce de los cañones capturados a los marroquíes en la batalla de Wad-Ras. Desgraciadamente, el artista murió al poco de terminar su obra, sin llegar a verla instalada en su emplazamiento actual.
9)
SUPERMAN ESTA MALDITO
Hay papeles con mal fario que pocos quieren interpretar en el cine. Como el de Superman, considerado un imán de desgracias. Su mala fama se debe a que George Reeves, el primer actor que encarnó al superhéroe, fue asesinado en 1959; y su sucesor, Christopher Reeve, quedó tetrapléjico en un accidente. Por eso, cuando en 2004 se rodó Superman returns, las grandes estrellas dijeron que no al personaje. Al final, fue el desconocido Brandon Routh quien se atrevió a interpretarlo. Su carrera aún no ha levantado el vuelo.
10)
Patrick Gautrat, ex embajador de Francia en Polonia, es también autor de un libro sobre Napoleón en el que hace hincapié en el pánico que le provocaban los gatos negros. Según el autor, Bonaparte adquirió esa fobia durante la campaña de Egipto, influido por la adoración de la que era objeto dicho felino en el país de los faraones. El libro también recoge una leyenda según la cual antes de la batalla de Waterloo Napoleón le había confesado a uno de sus comandantes, Michel Ney, que estaba convencido de que iba a perder la batalla, ya que la noche anterior había soñado con un gato negro.
12)El ruso Yuri Gagarin fue el primer hombre que viajó al espacio. La noche antes del vuelo se relajó viendo la película Sol blanco del desierto, y el vehículo que le transportaba a la rampa de lanzamiento del cohete tuvo que detenerse porque le entraron ganas de orinar. Desde entonces, los astronautas rusos realizan minuciosamente las mismas acciones que el pionero Gagarin, como si fuera un ritual. Ven la misma película que vio él, y también orinan en las ruedas del vehículo de transporte.
13)
Gabriel García Márquez nunca ha dudado en declararse supersticioso. De hecho, en una ocasión explicó: “Yo crecí en un mundo en el que mi abuela hablaba con los muertos, y no me he desprendido de eso. Aunque mis supersticiones no son el miedo al número trece ni a pasar por debajo de una escalera. Tengo las mías propias”. ¿Y cuáles son? El británico Gerald Martin descubrió una de ellas cuando en el año 2000 se entrevistó con Gabo para escribir un libro sobre su vida. “No quiero que me hagan una biografía”, le respondió el escritor. “Creo que esa es una forma de invocar a la muerte”.
14)
14)El jugador de la selección francesa Laurent Blanc creía que la calva de su portero Fabien Barthez traía suerte al equipo. Por eso, durante el mundial de 1998 celebrado en Francia, la besaban antes de cada partido. El combinado galo ganó todos los encuentros, pero surgió un imprevisto: Barthez no podía participar en la final por las tarjetas acumuladas. Aun así, antes del partido bajó al césped para que su amigo le besara la reluciente testa. Y se llevaron la Copa del Mundo.
16)Muchos matadores cultivan rituales para alejar el “mal fario”, pero se dice que el caso más sorprendente fue el de Rafael Gómez Ortega, “el Gallo”. Al diestro le gustaba alardear de que no era supersticioso. Por eso lucía un anillo que tenía grabado el número 13, y en una ocasión en la que alguien del público le lanzó una “bicha” muerta (una culebra, símbolo de mala suerte), desafió al infortunio atándosela al cinto. Pero en la intimidad, y antes de cada corrida, el Gallo le rezaba trescientas oraciones a las estampas religiosas que llevaba en una capilla portátil.
17) A. J. Krailsheimer cuenta en su libro Pensées: Blaise Pascal que en 1645 este pensador, físico y matemático sufrió un ataque de misticismo, tras el cual cosió en su chaqueta un papel con una oración que le protegería de las malas influencias: “Jesucristo, Jesucristo. He huido y renegado de Él. Que no esté nunca más separado de Él. Ofrezco la completa sumisión a mi Señor a cambio de la alegría eterna por una vida a prueba en la tierra”.
18)
Según reveló Paul Scott en su libro Los Blair, una relación especial, Cherrie, la esposa del ex primer ministro británico, consultaba a una vidente, a la que le enviaba una uña del dedo gordo de su marido, para que leyera el futuro en ella.
19)) Una leyenda cuenta que en el año 959 un herrero llamado Dunstant recibió la visita de un ser que le encargó unas herraduras para sus pies, que se parecían a pezuñas de cabra. Aquel detalle le hizo sospechar que era el demonio. Por eso, Dunstant le encadenó y le torturó moldeando las herraduras con hierro fundido sobre sus pezuñas. El diablo sufrió tanto que, a cambio de que cesara el tormento, prometió que nunca haría daño a quien usara una herradura como protección. Desde entonces, esa pieza de metal es uno de los amuletos más usados. El almirante Nelson clavó una en su camarote de la goleta Endurance antes de la batalla de Trafalgar, y el presidente Harry S. Truman tenía otra en su despacho de la Casa Blanca. Aunque no les sirvió de mucho. Nelson perdió la vida en el combate, y Truman no logró un segundo mandato.
20)
En El libro de los hechos insólitos (de Gregorio Doval) se recoge que Eduardo VII, que reinó en Inglaterra de 1901 a 1910, no permitía que le hicieran la cama en viernes ya que según una creencia, si se cambian las sábanas ese día, el diablo se hará con el control de nuestros sueños.
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